Los primeros intentos registrados de inseminación artificial en Caninos datan del siglo XVIII; sin embargo, como industria todavía está en pañales. La investigación hasta el momento indica que existen claras ventajas en el uso de IA en perros, sobre el apareamiento natural.

​

En 2005, Minitube introdujo una línea completa de productos de inseminación artificial canina y productos consumibles. La línea de productos fue desarrollada por expertos y veterinarios de Minitube en estrecha cooperación con universidades y consultorios veterinarios privados de todo el mundo.